viernes, 6 de abril de 2007

El nacimiento de una pasión...



Corría el año de 1996. Un niño, de aspecto no llamativo, algo introvertido y noble (tirándole a estúpido), decidido a cambiar para no seguir siendo el "looser" que todos conocían. Optó por entrar de lleno a los deportes. Por su altura y causalidades de la vida (si, escribí bien, causalidades) decidió experimentar con el Basquetbol.

Cuando las cosas parecían ir bien, sufre una lesión en la rodilla, lo que lo imposibilita para seguir jugando. Consecuencia de la lesión, es inmovilizado de la pierna derecha por unos 6 meses.

Es en ese inter que sus amigos, viendo como estaba (refundido cual rata de biblioteca en su casa), lo invitan a jugar fútbol. El niño comenta:

1. A mi ni me gusta el fútbol.
2. ¿Y de que pinches voy a jugar? ¿Que no ven como traigo mi pierna?

"¡'Pus' de portero!", sale una voz.

Ahí tienen. Al niño con su yeso. Con cara de estúpido porque no podía moverse. Cuidando una meta que ni siquiera sabia, era su responsabilidad.

La historia no es precisa en este suceso, solo sabemos que ese niño sintió algo dentro de si. Algo que ni el basquetbol, ni las niñas le provocaban. Era algo tan especial que hacia sentirle vigoroso, importante.

Cuando se recupera, decide no volver más al basquetbol. Se mete de lleno a jugar soccer.

Pasa el tiempo y, sin siquiera buscarlo, este niño logra enlistarse en la selección de su municipio (o pueblo, como quieran llamarlo). Juega un torneo estatal, termina eliminado en la semifinal y, al salir del estadio, un hombre de aspecto elegante se acerca hacia él y le dice:

"Muy buen partido, estuvo espectacular la pelota que sacaste por arriba"

El niño, muy dentro de sí dice:

"¿Y este wey quien es?"

Su nombre era José Luis Arce, Director de Fuerzas Básicas del Club Pachuca.

"Ya hablamos con tu papá", comenta, "Y deseamos que formes parte del club. Tienes cualidades y, aunque hay mucho que trabajar, puedes llegar a ser buen portero"

Es en este momento, cuando nace su pasión por el club más añejo del futbol mexicano. En esta institución se le inculcan valores como la lealtad, el honor, y sobre todo, la lucha constante.

La vida es una constante elección, y para este niño, no fué la excepción. Decide abandonar el futbol, en busca de una carrera universitaria. Sabe que la busqueda de la verdad, debe enfilarse por otros senderos.

Ahora el niño, está próximo a presentar su examen de Titulación, sigue en el estudio constante, su amor por el Club Pachuca crece cada dia mas...

Ah! Y también escribe este blog.

Este post es dedicado al Equipo Pachuca. Vamos por otra estrella...

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